Todos los cambios
que se desarrollan en el cuerpo por tu retoño, pueden favorecer que en
el tercer trimestre la tensión arterial empiece a subir un poco. Lo
habitual es que esa subida no sea significativa y no tengas porque
alarmarte. Sólo en algunas ocasiones las tensiones se descontrolan y ahí entramos los médicos a prevenir los problemas.
Normalmente
estamos mucho más pendientes de la tensión arterial en mujeres mayores
de 35 años, obesas, con antecedentes de presión alta previa (con o sin
embarazo) etc.
Si la tensión arterial es mayor a 140/90 en una
sola ocasión, tu médico te pedirá que te la controles diariamente.
Muchos hombres y mujeres tiene hipertensión por el "síndrome de bata
blanca" , eso significa que estas nerviosa en la consulta y por eso se sube, pero en cuanto estas en casa haciendo vida normal, tu presión se normaliza.
Por precaución tu médico, te solicitara una analítica de sangre y
orina, para confirmar que todo vaya bien. Si alguna de las pruebas no
sale correcta, puede ser que la gestación sea finalizada antes de
tiempo. Es una decisión complicada tanto para el médico como para la
paciente, porque hay que poner en una balanza el mal que puede hacerle a
tu cuerpo y a tu bebé el descontrol de la tensión y por otro lado el riesgo que tiene un bebé de nacer prematuro.
Habitualmente estas decisiones no son de correr, pero a veces si. En la obstetricia las cosas pueden variar en horas o minutos.
Lo
frecuente es que estos incrementos de tensión no reflejen nada en la
analítica y tu bebé siga creciendo normalmente, y sólo se te indiquen
algunas pastillas para mantener la tensión a raya, estas no
van a afectar el embarazo, ni la lactancia posterior. Además, se
controlara más el peso de tu bebé y se harán análisis de sangre y orina
frecuentes.
Lo que se conoce como preeclampsia, que seguro has oído nombrar, es aquella tensión alta descontrolada
que hace que tu bebé crezca poco, y que hace más probable que tus
riñones, hígado y sistema de coagulación sufra con el embarazo. La
eclampsia, es todo lo anterior, además acompañado con convulsiones.
Ninguna broma como puedes ver. Por eso los médicos nos ponemos muy
atentos con el tema de la tensión, no es por amargarte la vida ni por
ponerte nerviosa. Sobre todo porque además de la medicación que se te
puede indicar, la única cura ante estos dos problemas, es finalizar la
gestación, con parto o cesárea, y hay que decidir el momento idóneo para
hacerlo.
La tensión cuando se eleva no suele dar síntomas, pero
algunas mujeres asocian ver manchas, dolores muy intensos en la boca del
estomago, escuchar zumbidos de oído, dolor de cabeza intenso y/o
diferente al habitual. Si te ocurre algo similar, tómate la tensión
arterial, lo más probable es que no sea nada, pero si detectamos una
hipertensión a tiempo, tu bebé y tú estarán a salvo.
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