martes, 5 de enero de 2016

Vegetarianas y embarazo

He de confesar que este post me ha llevado mucho tiempo escribirlo. Básicamente, porque choca contra mis principios fundamentales: a mí me gusta la carne de todos los tipos y sus derivados. Y con esta mente sesgada, automáticamente pensaba que un bebé necesita que su madre coma carne. Pero como intento aquí intento dar la información más confiable posible, me eche a buscar información en diversos medios. Para ver que dicen los que saben y como siempre la información confiable y segura es poca. 



En el momento del embarazo, casi todo el mundo tiene la idea equivocada de que "hay que comer por dos" y quizás se ha estigmatizado mucho a la mujeres vegetarianas cuando se embarazan, incluso haciendo sentir culpables a varias, cuando no es necesariamente así. En el embarazo no hay que comer por dos, seas vegetariana o no. Por sobre todas las cosas tu dieta debería ser más sana que nunca y es lo mejor que le puedes regalar a tú bebé, una alimentación saludable que cubra las necesidades de ambos. Y cuando nazca y empieces a alimentarle, esas buenas costumbres alimenticias ya serán una rutina en tu vida y será la mejor herencia para tus hijos.

La Asociación Dietética Americana respalda, en general, las dietas vegetarianas, reconoce que son saludables y nutricionalmente adecuadas si están bien diseñadas, incluyendo a las que descartan el pescado.
Se debe vigilar siempre, el aporte ácidos grasos, hierro, zinc, yodo, calcio y vitaminas D y B12.
Estas dietas están asociadas con menores concentraciones de LDL (colesterol malo), muertes por infarto, presión sanguínea más bajas, y menos tendencia a diabetes tipo II. Además, aseguran que son apropiadas para cualquier fase del ciclo de la vida, incluyendo el embarazo, la lactancia, la infancia y adolescencia.
También se ha visto que los bebés de madres vegetarianas presentan generalmente un peso al nacer similar al de los bebés de madres no vegetarianas, estando dentro de los estándares de bebes sanos, y por si fuera poco, las mamás tienen menor riesgo de caer en la obesidad en el embarazo.
Existen algunos estudios científicos (aunque pocos) que refieren beneficios obstétricos, por ejemplo: dietas ricas en proteínas y granos pueden reducir el riesgo de parto pretérmino, aunque falta profundizar en estos aspectos.

Las vegetarianas, dependiendo de lo estrictas que sean, pueden tener déficit de Vitamina B12. La ausencia de esta vitamina se ha asociado a riesgo de depresión posparto, a anemia intensa durante el embarazo y se sugiere también algún retraso en el desarrollo psicomotor del bebé. Su déficit se puede solucionar con un aporte vitamínico diario. También tienen más tendencia a tener bajas reservas de hierro y por lo tanto en el segundo y tercer trimestre del embarazo habitualmente necesitarán suplementación también. Es importante porque en todos los partos se sangra (un poco más o un poco menos) y si no se tienen las reservas de hierro suficientes la recuperación posparto es más lenta.

Las dietas restrictivas calóricas intensas deberían dejarse para la segunda mitad del embarazo, pueden producir cetosis y este daño puede provocar retrasos en el desarrollo mental normal del bebé. Por otro lado, el hipotiroidismo subclínico es más común en vegetarianos que en el resto de la población. Se cree que por ingesta elevada de algas marinas que tienen mucho yodo. Así que también es un aspecto a vigilar.

Lo ideal, sería que todas las embarazadas que quieren seguir siendo vegetarianas durante el embarazo tuvieran acceso a un asesoramiento individualizado para satisfacer sus necesidades personales, de acuerdo a su actividad particular y gastos energéticos.