domingo, 14 de diciembre de 2014

Menopausia

Nos va a llegar a todas, antes o después, incluso si te cuidas, comes sano, haces deporte y tus planes detox. Y cuando llegue, finalmente entenderás a tus hermanas, amigas, tías que ya están pasando por esa época de cambios, casi tan drásticos como la adolescencia.
Es distinta para todas, eso es lo bueno. Si tu mejor amiga se muere con los sofocos, lo mismo tú no tienes ninguno. Así que no te comas la cabeza antes de tiempo.

Los médicos no diagnosticamos menopausia hasta que estes un año sin reglas, es decir si llevas ocho meses sin ella y te viene una, empieza a contar de nuevo. Así que no cantes victoria antes de tiempo y sigue usando "precauciones" para evitar embarazos. Es cierto, con los años el embarazo es más difícil, pero nos topamos de vez en cuando con mujeres muy fértiles, que pensaban estar ya menopáusicas y lo único que tenían era un bebé en camino.

La media de edad para presentarla es aproximadamente los 50 años, pero puede ser que antes empieces con síntomas. Los sofocos son una sensación de calor que sube desde el pecho hacia la cabeza que en cuestión de segundos te ha puesto roja, te ha hecho sudar y que desaparece tan rápido como viene. Tener alguno esporádico es tolerable, pero si son muy frecuentes tanto que no te dejan mantener una vida normal, deberías consultar con tu ginecólogo. También se pueden mejorar el insomnio, la sudoración nocturna y los cambios de ánimo. El primer paso es llevar una dieta sana, hacer ejercicio regularmente y dejar de fumar.


Existen muchos tratamientos, los más "naturales"  son medicamentos a base de soja o polen. No funcionan siempre pero a muchas mujeres les quitan el exceso de sofocos y llevan una vida mucha más tranquila. El único tratamiento definitivo es la "terapia de reemplazo hormonal" o TRH. Este tipo de tratamientos ha tenido muy mala fama, porque hubo una época que se dieron como caramelos a todo el mundo y empezaron a aumentar los efectos adversos cardiovasculares. Ahora, después de muchos estudios, se sabe que sólo algunas mujeres lo pueden tomar libremente, es decir aquellas que no tienen riesgos añadidos, por ejemplo: obesidad, tabaquismo, hipertensión, antecedente de trombosis, etc. Así que si eres sana y tu médico te ha mandado este tratamiento tómalo con confianza, no tiene porque hacerte daño.


La sequedad vaginal es un síntoma también frecuente por la falta de hormonas, lo que ocasiona muchas veces que la vida sexual se dé por terminada. Pero no debería ser así, contamos con muchos preparados para mantener hidratada la vagina, hormonas de administración local que no tienen contraindicaciones y cuya absorción a nivel del restos del cuerpo es insignificante. El sexo no tiene porque acabar, es un redescubrir con la tranquilidad de que ya no hay embarazos. Así que a disfrutar.