El toxoplasma es un parásito, puede infectar a los felinos (huésped definitivo) y este a su vez contagiar a través de sus heces contaminadas al resto de los mamíferos (incluido el hombre) y aves.

Por lo tanto, si tu gato es casero, no come carne cruda y sólo come su alimento (pienso) balanceado, y se mantiene sin estar en contacto con gatos callejeros, lo más probable es que no este infectado y que por ende tu tampoco lo estés.
Aun así, se sabe que entre el 40 - 60 % de los hombres y mujeres en el mundo han pasado ya la toxoplasmosis. Normalmente nos infectamos de niños por mala higiene en las manos, jugando en la tierra contaminada o comiendo carnes sin buena cocción. Los síntomas de infección no se suelen notar, algunas veces existe dolor en las articulaciones, malestar general, algún ganglio inflamado en el cuello y síntomas semejantes a la gripe como mucho.
Lo habitual es que al inicio de la gestación en la analítica del primer trimestre se estudie si has pasado ya la infección por toxoplasma. Si tienes anticuerpos, puedes quedarte tranquila. Si son negativos deberás extremar los cuidados para evitar el contagio. Eso NO significa que te deshagas de tu gato, pero tampoco es buena idea adoptar uno de la calle justo cuando estas embarazada. Lo recomendable sería que esperes a parir.
Si ya lo tienes en casa, el gato puede seguir en contacto contigo, lo único que deberás tener un poco más de cuidado con los "lametones" que te de y lavarte las manos más a menudo (pero eso lo deberían hacer todas las gestantes con perros, gatos, etc. ). Además, lo ideal es que tú no te encargues de limpiar su arenero ni de recojer sus deposiciones, si no hay otra opción, usa guantes para manipular sus heces.
Por otro lado, si no tienes mascotas pero tienes jardín o un huerto y te gusta trabajar en él, deberías usar guantes gruesos para evitar la contaminación por heces de gatos callejeros, porque el toxoplasma en la tierra puede permanecer meses.

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