sábado, 11 de enero de 2014

Anticoncepción para siempre, ¿estoy preparada?

El deseo de las mujeres de finalizar su periodo reproductivo y poder disfrutar de las relaciones sexuales, ha permitido que " ligar las trompas" se vuelva una cirugía accesible; en muchos sitios ambulatoria (que no requiere ingreso hospitalario) y sencilla en su ejecución. Cada vez son más las mujeres que solicitan este tipo de intervención quirúrgica, incluso estando embarazadas, en caso se programe una cesárea, para que se pueda realizar inmediatamente después de extraer al bebé.

Si eres una mujer joven, menor de 30 años, normalmente tu médico te recomendara otro método, cualquiera que sea "no definitivo": un dispositivo intrauterino, inyecciones, implante etc.  Porque la experiencia nos ha enseñado, que las mujeres que se ligan las trompas muy jóvenes o habiendo tenido un solo hijo, luego pueden arrepentirse. La vida da muchas vueltas y si hoy estas feliz con tu pareja y tu hijo, o tienes super claro que nunca vas a querer embarazarte; según las circunstancias por las que te lleve la vida,  puedes cambiar de opinión. Y si eso ocurre, empiezan los agobios, buscando unidades de reproducción  para realizar una fecundación in vitro, con el coste emocional, físico y económico que conlleva.
Por lo tanto, hay que pensarlo muchas pero muchas veces y estar muy de acuerdo con tu pareja y contigo misma.

El procedimiento es sencillo, y el beneficio primordial  es que su efectividad inicia al momento de la cirugía,  no hacen falta plazos de espera para disfrutar del sexo libremente.
Al realizarse en una cesárea, no alarga mucho el tiempo quirúrgico y la recuperación postoperatoria no varía.
Cuando se realiza de manera programada, debes estar en ayunas para poder anestesiarte, luego se realiza una incisión en el ombligo por el cual se introduce gas y cuando esta el abdomen lo suficientemente "inflado", una cámara y una pinza entran por la misma incisión, y tras visualizar las trompas se queman y/o cortan. Luego se te retira el aire del abdomen, se dan puntos en piel, te despiertas, y luego de unas pocas horas de observación te vas a casa.
Así contado parece maravilloso, pero hay que recordar que es una cirugía y como todas intervención quirúrgica puede tener sus complicaciones inesperadas: sangrado, infección de herida quirurgica, etc.

Existe otro método para obstruir las trompas desde dentro del útero. Estando despierta y tumbada en una camilla ginecológica, tú médico a través de una cámara muy fina visualizará el cuello del útero, irá dilatando el interior del útero con suero salino (en vez de gas como en la laparoscopia) hasta que visualiza la unión de las trompas con el útero, ahí se colocará unos muelles que provocaran las obstrucción de las trompas. La recuperación es inmediata y ese mismo día estas en casa. El inconveniente es que hay que esperar tres meses para confirmar que las trompas ya no son permeables, tiempo similar a la vasectomía en el varón. También puede presentar alguna complicación, pero son poco frecuentes.

Cada uno de estos métodos con sus variantes de técnicas tienen una tasa de fallos aproximadamente de 0,1%, un porcentaje muy bajito de fallo, aunque no infalibles.




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