Después de decidirla, por el motivo que sea en conjunto con tu médico, lo habitual (todavía) es que pases sola al quirófano. Aunque cada vez más centros se implican en la cesárea humanizada que incluye al padre como acompañante en quirófano y un área de recuperación donde pueden estar papá, mamá y bebé, ojalá algún día cercano, esto sea la norma.
En el momento que entras al quirófano, te conectan a un monitor y te ponen un manguito para tomarte la tensión automáticamente. Cuando ya te encuentras monitorizada, el anestesista te colocará en posición para darte el pinchazo en la espalda (anestesia espinal, parecida a la epidural) algunas veces tumbada de lado o sentada; y te irá explicando el proceso. Una vez pinchada, en unos minutos dejas de sentir dolor, pero no pierdes la sensibilidad. Notarás que te hurgamos dentro, pero no debería doler. Una vez anestesiada también se te coloca una sonda en vejiga para controlar la diuresis y se limpia tu abdomen, rasurándote si es preciso en el sitio donde se realizara la incisión. Y ya está, en cuanto hayamos empezado también sentirás la presión en el abdomen para ayudar a nacer a tú bebé. Luego de esto, le oirás llorar y podrás tenerle cerquita a ti.

Si va todo según rutina el procedimiento dura poco, naciendo el bebé en los primeros 5 minutos desde que se empezó. El resto del tiempo nos detenemos en dejar por dentro todo como estaba. Ahora tienes a tu bebé en tu pecho y estás esperando a que te dejen tranquila, te cierren el abdomen y puedas estar tu sola con tu pareja y tu recién nacido para disfrutarse todos mutuamente.
Lo habitual, es que saliendo de quirófano, pases a la sala de recuperación, donde sueles estar con el resto de cirugías del día. Si el bebé está bien pasa a la habitación con tu pareja. Tú te mantienes en recuperación 1 o 2 horas dependiendo como evoluciones. Luego subes a planta en donde inmediatamente puedes ponértelo al pecho, si es que no lo has hecho ya.
La primera noche es la más dura, en cuanto se te pase la anestesia de la espalda, empezaras a notar de golpe todas las molestias, para eso tendrás analgésicos pautados en vena para intentar minimizarlo, pero algo sentirás. Ese día estarás cansada y dolorida, así que limita las visitas, necesitas tranquilidad.
Te tomaran las constantes vitales frecuentemente y te tocaran el abdomen y vigilaran la herida para asegurar que todo evoluciona de manera normal.
Entre las 8 y 12 horas poscirugía, el personal de enfermería te pedirá que empieces a moverte un poco y te retirarán la sonda vesical, siempre para levantarte acompañada y pasito a pasito para evitar los mareos.

También te darán los primeros líquidos para probar como los toleras, es normal tener mucha sed, pero de a pocos te cundirá más. La dieta irá mejorando conforme pasen los días, de líquida a blanda y de blanda a normal. No te fuerces al inicio.
El día siguiente a la cesárea es un buen momento para ducharte, eso te renovará, pero igual siempre con alguien en la habitación. Algunas tienen muchos gases, así que intenta expulsarlos sin ningún miramiento, y si no puedes avísale a tu enfermera que ella te dará algún medicamento compatible con la lactancia para que te ayude a expulsarlos.
Lo habitual que estés ingresada es entre 3- 4 días, aunque alguna vez hemos dado el alta a mujeres a las 48 horas porque estaban estupendamente. Todo depende la mujer, su cicatrización y claro está el soporte familiar que tengas.