miércoles, 21 de octubre de 2015

Deseo sexual hipoactivo

Mujeres de todas la edades entran en mi consulta y me preguntan: Doctora, ¿qué hago para tener ganas de acostarme con mi pareja? . Preguntas por el estilo, infinidad. "ya no tengo ganas", "no me apetece", "podría pasar el resto de mi vida sin hacerlo", etc.

La sensación que tengo, es que todas buscan la solución mágica que les devuelva la libido. Pero la sexualidad de la mujer no funciona así. No es un botón de prende y apaga. Somos un poco más interesantes que eso.

Nuestro deseo y excitación son propios y específicos para cada persona, por lo tanto, cada una en su propio crecimiento va conociéndose y tomando nota de lo que le gusta y de lo que no, de lo que la prende y de lo que no, de las cosas que podría probar y de las que no, y así.

Pero para llegar a esto, hay que pensar en ello. Nosotros no tenemos una "alarma sexual" como los hombres que se despiertan con una erección. Está en nuestra consciencia y nuestro pensamiento el alimentar el deseo y despertar nuestra parte erótica.
Si tienes mucho estrés, estás en el paro, preocupada por cubrir otras necesidades básicas, no estás bien con tu pareja o casi ni le ves por los horarios del trabajo, ¿cómo crees que va a surgir la lujuria?. Es difícil, pero no imposible. Sólo que requiere quizás, un poco más de trabajo conseguirlo.

Parece que la "viagra femenina" (flibanserina) promete tenernos predispuestas al coito en cualquier momento, pero no es tan milagrosa como parece.
La viagra en los hombres hace que el riego sanguíneo al pene sea mejor. El deseo ya esta ahí y solo la tomas cuando el coito es inminente, digamos como un facilitador de la erección.
Por otro lado, la flibanserina intenta crear un nivel de confort general dando una pastilla diaria (independientemente si tengas posibilidad de acostarte con alguien o no). 
Los estudios que han realizado no tan maravillosos, si uno los analiza bien. Se inicio como un anti depresivo, y luego siguieron otros estudios en que, comparados con placebo mejoraban los resultados, en base a distintas escalas tipo encuesta que intentan medir la satisfacción sexual. Por ejemplo en el estudio SNOWDROP, el medicamento reporto 37.6% encuentros sexuales satisfactorios vs. al 28.0% con placebo. Lo que en números cristianos significa tener un encuentro sexual más al mes. Tuvo algunos efectos adversos, aunque ninguno grave, pero los más frecuentes fueron mareo, somnolencia, náuseas y dolor de cabeza. Los estudios fueron realizados en mujeres premenopáusicas casadas (no dan más datos sobre si "felizmente casadas", buscando embarazo, homosexuales, usando algún método anticonceptivo, situación conyugal, etc.)


Así que ya ves, para aumentar un coito más al mes, una pastilla diaria que precisamente no es barata, creo que no compensa mucho. La explicación que le encuentro, es que a los médicos nos gusta ser solucionadores, vienes con ochenta problemas a la consulta y te puedes ir con ochenta medicamentos para casa. Quizás sea, esta la causa por la que obsesiona tener un medicamento mágico que solucione la falta de ganas.

Una copa de vino, una conversión amena con la pareja, reírse, pasar tiempo juntos, pensar en el sexo, en lo que te gustaba antes de llegar a esta etapa de sequía o masturbarte sean mejores desencadenantes de tu propio instinto sexual que un medicamento. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario